«Maravilla» |
Buscando el sol |
Hora de abrir |
Según cuenta María Treben en su libro Salud de la Botica del Señor, si " a las siete de la mañana la Maravilla todavía tiene las cabezuelas cerradas, significa que va a llover ese día. Por esto, en tiempos pasados la tenían por planta pronosticadora del tiempo".
Está claro, aquí en mi tierra, que apenas llueve, a esas horas ya están las flores ofreciendo su mejor gala.
Es muy fácil de cultivar, y de ella, se aprovecha todo. Se puede usar en infusión de flores (previamente secas) o haciendo un macerado de flores en aceite de oliva o de almendras dulces. Lo importante es que no se exponga a pleno sol para su secado (perdería propiedades) y que el lugar sea fresco y seco. Yo las recolecto y cuego boca abajo en el invernadero, al día siguiente, separo las flores del troco y las pongo en una bolsita porosa para que pueda circular el aire. Cuelgo las bolsitas y espero unos días, hasta que estén bien secas. En ese momento las guardo en botes y elijo para ellas un lugar oscuro.
En internet se pueden encontrar bastantes páginas que te hablan de las múltiples propiedades de la caléndula. Por eso yo no las voy a repetir, solo contar que es una planta que también puede cultivarse en maceta, y que para mi, es indispensable en mi botiquín. Es antiinflamatoria, buena para varices, sabañones, quemaduras, purificante y cicatrizante de heridas. En fín, todo un repertorio que hacen que su nombre "maravilla" sea dignísimo para esta hermosa planta.
Yo hago el macerado con aceite de almendras (menos graso que el de oliva) y lo dejo reposar un mes, moviendo el macerado cada día. Pasado el tiempo, se filtra y se envasa en un bote (utilizo de color ámbar).
Ya está listo para su uso de forma directa o bien para preparar una crema (más bien ungüento), que preparo así:
* Poner el aceite en un recipiente para calentarlo al baño maría. Es muy importante que el aceite no se caliente en exceso. (1,7 g. de cera para 3 g. de aceite, pero depende de la textura que quieras obtener).
* Una vez que el aceite está caliente, le añadimos la cera virgen de abeja, y removemos.
* Cuando la cera está disuelta volcamos rápidamente sobre los tarros que vayamos a utilizar (este paso hay que hacerlo rápido porque la crema se empieza a endurecer enseguida), tapamos y guardamos.