miércoles, 7 de agosto de 2013

DIARIO DE UN CAMINO_2

RABANAL DEL CAMINO- MOLINASECA
Etapa larga, 25 km muy duros, subidas, bajadas, más subidas y más bajadas que complican el buen rendimiento de nuestras piernas. Pasamos por pequeñas poblaciones con zonas destruidas, pero con otras nuevas que lo hacían especial: Foncebadón, donde tomamos un reparador desayuno. La siguiente subida nos aproxima a la Cruz de Ferro, 1500 m que suponen el techo del Camino Francés. Curioso el refugio de Manjarín y su hospitalero templario. El final, hasta la llegada a Molina, el sol se lució también. Me faltaba agua, ¡no llegaba nunca el pueblo!. Casi al final, una parada reponedora, golosinas con azúcar para las agujetas. En nuestro pequeño descanso se nos une un peregrino madrileño que iba haciendo el camino “a trozos” (ahora 3 días, al cabo de un tiempo 4 días, así iba completando las etapas sin saber muy bien donde terminar). Continuamos juntos un tramo y comentamos la dureza de la etapa. El albergue municipal estaba situado a la salida del pueblo, ¡uff, no llegaba nunca!. Al fin estábamos en el albergue tomando un deliciosa ducha, preparadas para salir a tomar con una cervecita. Luego, descanso merecido. Llamo por teléfono a Guty, compañera de carrera, vive en Ponferrada, a unos 8 km de Molina. Quiere recogernos y llevarnos a casa a dar un baño en la piscina y cenar. Se lo agradecí, pero no podíamos ya que el cansancio era grande y había que acostarse pronto. Nos recomendó que probáramos los embutidos, le hicimos caso y disfrutamos de lo lindo. El rio Meruelo, todo un espectáculo: una zona habilitada para el baño, hacía las delicias de la gente. En el césped, como si de una playa se tratara, tomaban el sol….

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