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«Sólo los zapatos del viajero, conocen el camino» |
Quinto día, algunos comienzan a estar mejor, las agujetas, a estas alturas, comienzan a desaparecer, otros, sin embargo empiezan a tener problemas con las botas: Sebas decide recorrer la etapa con las sandalias, a pesar del aviso de barro.
En el albergue, a la salida de Markina, la hospitalera nos advierte del posible barrizal, ya que había llovido y era muy normal que se formara. Nos da la opción de carretera. Lo comentamos, pero decidimos afrontar el barro y todo lo que nos ofreciera el camino. Salimos tan alegres por la decisión tomada, nueva etapa rompepiernas, que se nos iba a complicar con el nuevo ingrediente.
El grupo tiene muy claro lo que quiere. Venimos a hacer el Camino de Santiago, y vamos a ser fieles al mismo. No tenemos prisa, llevamos reserva para el albergue juvenil, así que no importa la hora, estará abierto si llegamos pronto y tendremos nuestra plaza si nos retrasamos. Así que, ¡a nuestro ritmo!.
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Museo Simón Bolibar |
Poco a poco nos acercamos a Bolíbar, lugar de procedencia de la familia del libertador venezolano Simón Bolibar. Pasamos junto al museo y descansamos unos minutos, hay que coger fuerzas para afrontar un nuevo ascenso, el que nos conduce al Monasterio de Zenarruza a través de una calzada medieval.
El paisaje es precioso, hace fresco pero no llueve. El sol aparece con timidez. Visitamos el Monasterio de monjes cistercienses (aún continúan acogiendo peregrinos) y nos hacemos fotos, agradecemos que dispongan de aseos y que estén abiertos, disfrutamos tomando unas almendras y chocolate, un plátano y, a seguir.Monasterio de Zenarruza |
Son esos momentos tuyos, de los muchos que se tienen a lo largo del camino, vas sola, sientes, te envuelve el ambiente y lo disfrutas…..hay que seguir.
La pista de asfalto nos acompaña en el descenso hasta llegar a Munitibar. A estas alturas ya sabemos que el perfil de cada etapa es u na sierra, con subidas y bajadas. Ya no nos asombra nada. Tras un descenso, las cosas vuelven, nueva ascensión, con repechos “molestos” como anuncia nuestra guía.
Una senda, donde apenas cabemos por la maleza, y la sucesión de pequeños barrios, Barriondo, Elexalde, Marmiz, nos acercan casi hasta el final del recorrido. Pero no es fácil, cada barrio supone una nueva subida y una nueva bajada y, Ajangiz se hace de rogar. Sabemos que, una vez allí, sólo hay que dejarse llevar hasta Gernika.
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Reprodución del Guernica" (P. Picasso) |
Casa de Juntas de Gernika. El famoso árbol, es ahora un pequeño roble, eso sí, hijo del primitivo.
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