sábado, 16 de agosto de 2014

5. MARKINA XEMEIN - GERNIKA LUMO



«Sólo los zapatos del viajero, conocen el camino»


Quinto día, algunos comienzan a estar mejor, las agujetas, a estas alturas, comienzan a desaparecer, otros, sin embargo empiezan a tener problemas con las botas: Sebas decide recorrer la etapa con las sandalias, a pesar del aviso de barro.


En el albergue, a la salida de Markina, la hospitalera nos advierte del posible barrizal, ya que había llovido y era muy normal que se formara. Nos da la opción de carretera. Lo comentamos, pero decidimos afrontar el barro y todo lo que nos ofreciera el camino. Salimos tan alegres por la decisión tomada, nueva etapa rompepiernas, que se nos iba a complicar con el nuevo ingrediente.


El grupo tiene muy claro lo que quiere. Venimos a hacer el Camino de Santiago, y vamos a ser fieles al mismo. No tenemos prisa, llevamos reserva para el albergue juvenil, así que no importa la hora, estará abierto si llegamos pronto y tendremos nuestra plaza si nos retrasamos. Así que, ¡a nuestro ritmo!.


Museo Simón Bolibar

Poco a poco nos acercamos a Bolíbar, lugar de procedencia de la familia del libertador venezolano Simón Bolibar. Pasamos junto al museo y descansamos unos minutos, hay que coger fuerzas para afrontar un nuevo ascenso, el que nos conduce al Monasterio de Zenarruza a través de una calzada medieval.

El paisaje es precioso, hace fresco pero no llueve. El sol aparece con timidez. Visitamos el Monasterio de monjes cistercienses (aún continúan acogiendo peregrinos) y nos hacemos fotos, agradecemos que dispongan de aseos y que estén abiertos, disfrutamos tomando unas almendras y chocolate, un plátano y, a seguir.
Monasterio de Zenarruza
 El camino siempre se ofrece, el peregrino solo tiene que dejarse llevar por sus sendas, aquí, en este entorno paradisíaco no me importaría pasar unas cuantas jornadas disfrutando del silencio y el frescor de la montaña. Los jardines nos hablan, perfectamente cuidados y limpios, la paz se respira….hay que seguir.


Son esos momentos tuyos, de los muchos que se tienen a lo largo del camino, vas sola, sientes, te envuelve el ambiente y lo disfrutas…..hay que seguir.


La pista de asfalto nos acompaña en el descenso hasta llegar a Munitibar. A estas alturas ya sabemos que el perfil de cada etapa es u na sierra, con subidas y bajadas. Ya no nos asombra nada. Tras un descenso, las cosas vuelven, nueva ascensión, con repechos “molestos” como anuncia nuestra guía.


Pronto descubrimos el barro, algunos tramos intransitables, saltos entre pequeñas piedras, ¡botas hasta el fondo!, fotos, risas y muy pendientes de no resbalar.

 

 

 

 

 

 

    Una  senda, donde apenas cabemos por la maleza, y la sucesión de pequeños barrios, Barriondo, Elexalde, Marmiz, nos acercan casi hasta el final del recorrido. Pero no es fácil, cada barrio supone una nueva subida y una nueva bajada y, Ajangiz se hace de rogar. Sabemos que, una vez allí, sólo hay que dejarse llevar hasta Gernika.

Reprodución del Guernica" (P. Picasso)












Casa de Juntas de Gernika. El famoso árbol, es ahora un pequeño roble, eso sí, hijo del primitivo.

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